Pensando diferente y creyéndose superiores,
se lanzaron contra aquellos que quizá fueran mejores.
Y a la luz de la mañana nadie supo la verdad.
La oscuridad tiñó su cielo, pero su risa no cesó
y el mundo calló en silencio dejando un resplandor.
Y la Luna en su ventana nunca la olvidarán.
Y recordando aquel pasado, jamás nadie sabrá
que su mirada fue la más bella que todo ángel puede envidiar.
Eligió su camino y empezó a luchar.
Sin montura ni armadura y con las manos desnudas
anduvo durante años en la cabeza del mundo,
y su pueblo le admiraba,
pues les dio la libertad.
Sin espada ni escudo luchó junto a su orgullo
por un pueblo que gritaba “¡dignidad!”,
y pasaron los días grises y les mostró la Luz del Sol.
Y bajo aquel manto negro que un día se alzó en el viento,
vislumbraron unas luces que cegaron el invierno.
Y el calor del alba nuevo frente aquel amanecer
con un mar ante un pueblo que nadie podría vencer,
encendió la luz de un día en el que alzarían sus manos al cielo
y echarían a correr.
Y libertad gritaron entonces y dignidad les dieron después.
Y ahora… ahora les llaman personas
Queda mucho por descubrir dentro de cada una de nosotras, mucho más que aún podemos hacer y dar… Dar, sí, dar, esa acción que nos hace más nobles y dignas. Cuando se cierra una puerta, otra se abre.
Todas merecemos más
Que cada una de ustedes que leen esto, sepa que es para ustedes, amigas, mujeres hermosas y valientes. Puede que perdieran la batalla pero no la guerra, sean felices y estén agradecidas por todas las cosas que nos pasa y sucede, pues de toda experiencia se aprende y de todo dolor nace un gran perdón que nos hace mejores personas.
Sonrían, que ello es buena medicina para el alma y cojan su saco de dolor de sufrimiento heridas y todo aquello que no deben seguir cargando y tírenlo por un precipicio tan profundo que nunca más se deje ver el dolor, las lágrimas, el sufrimiento y la soledad.
Caminen erguidas con la frente en alto, porque en ese camino Dios les pondrá la persona con un corazón conforme al de ustedes y serán tan felices que nunca más se acordarán de las cosas que vivieron.
Todo lo vivido y sufrido será como aguas que pasaron, recuerden lo que les digo y tengan el corazón abierto, para ayudar y dar al que necesita una palabra de aliento, a su debido tiempo Dios se lo devolverá doblemente, mis mujeres quieranse, valórense y no se dejen vencer.
Una mujer no es cualquier cosa (nunca lo olviden). Siempre sacamos lo mejor, incluso de lo peor que nos ha tocado vivir, somos criaturas de amor valentía y progreso.
Recuerda: El hombre sabio nos sabrá valorar, el necio nos dejará escapar y nosotras siempre ganaremos las batallas. Porque sabemos amar.
Por lo tanto, hoy repasa tu vida pero decide ser feliz, viviendo cada día como si del mejor se tratase. Donde antes había dolor, ahora ya no lo hay, pues queda la esperanza, así que mira la vida con amor.